Desde 1880, la petunia, una planta de origen sudamericano, ha sido objeto de un intenso proceso de hibridación. Este largo recorrido ha dado lugar a una asombrosa variedad de cultivares, y la búsqueda de nuevas combinaciones no se detiene. Corolas más grandes o más pequeñas, floraciones prolongadas, plantas más resistentes, compactas o colgantes: la petunia se reinventa constantemente. Un simple paseo por los viveros basta para comprobar la diversidad de formas y colores que ofrece esta especie en la actualidad.

Una flor que conquista jardines y balcones
Las petunias que adornan nuestros espacios son plantas de temporada, capaces de florecer sin pausa desde septiembre hasta que el frío otoñal las detiene. Para alcanzar su máximo esplendor, requieren pleno sol o sombra parcial, riego moderado (dejando que el suelo se seque entre aplicaciones) y un abonado continuo con fertilizantes específicos para plantas de flor. A pesar de su exuberancia, son consideradas de bajo mantenimiento, lo que las convierte en una opción ideal tanto para jardineros expertos como para principiantes.

Versatilidad y encanto
La petunia es una flor ornamental que destaca por su amplia gama de colores y su facilidad de cuidado. Perfecta para balcones y terrazas, esta planta colgante se adapta a diversas condiciones climáticas. Requiere luz natural, riego abundante y suelos con buen drenaje. Para potenciar su crecimiento, es necesario retirar las flores marchitas y realizar una poda anual. Sus flores, además de ser muy aromáticas, ofrecen una paleta cromática que va desde el blanco puro hasta el violeta, pasando por tonos rosados, rojos e incluso amarillos y azules claros.

Sol, espacio y nutrientes: las claves del éxito
Las petunias son plantas heliófilas, es decir, amantes del sol. Necesitan luz directa para florecer de manera exuberante, por lo que los lugares orientados al sur son ideales para su cultivo. Al plantarlas, es fundamental asegurarles suficiente espacio, ya que se desarrollan con vigor. Se recomienda una distancia de 20 a 25 cm entre plantas, ya sea en macetas o en jardineras.
El sustrato debe ser específico para plantas en maceta, con un aporte nutritivo importante. Durante los días calurosos de verano, el riego debe ser abundante, ya que estas plantas evaporan y transpiran grandes cantidades de agua. Un control regular de la humedad del suelo es esencial para mantenerlas saludables.
En cuanto a la fertilización, las petunias demandan una gran cantidad de nutrientes. Un abono líquido para plantas de balcón, aplicado semanalmente de septiembre a febrero, es la opción ideal. También puede utilizarse un abono granulado, siempre que contenga los oligoelementos y nutrientes esenciales para su desarrollo.
Poda y renovación
La poda es otro aspecto clave para mantener las petunias en su mejor estado. Tras la primera floración, los tallos tienden a alargarse y marchitarse. En ese caso, se recomienda podarlos a la mitad para estimular su frondosidad y lograr una nueva floración exuberante. Con este cuidado, las petunias pueden renovarse en apenas 14 días.
La reina del verano
Resistentes al calor más intenso y al sol más ardiente, las petunias nunca dejan de sorprender. Cada año, nuevas variedades ofrecen colores más vibrantes, corolas más grandes o más pequeñas, y plantas más compactas o colgantes. Todas ellas pertenecen a la especie Petunia x hybrida, la más común en jardines y balcones.
Ya sea en macizos, jardineras o bols colgantes, las petunias continúan reinando como una de las flores más versátiles y encantadoras del verano. Su capacidad para adaptarse y renovarse las convierte en un elemento indispensable para agregar color y belleza a cualquier espacio.