Para los amantes de la naturaleza y los animales, la integración de mascotas y plantas en el hogar puede ser un desafío. Sin embargo, con un poco de conocimiento y precauciones, es posible lograr una convivencia armoniosa tanto en el interior como en el jardín. En esta nota exploramos cómo interactúan nuestros amigos peludos con la flora doméstica y qué podemos hacer para proteger a ambos.

Plantas de interior: Un jardín al alcance de la pata
Las plantas de interior, con su diversidad de texturas y aromas, suelen despertar la curiosidad de perros y gatos. Es común que las mascotas mordisqueen las hojas, escarben la tierra o incluso intenten jugar con las macetas. Más allá del daño estético, el principal riesgo radica en la toxicidad de ciertas especies.
Para proteger a tus mascotas:
- Investigar: Antes de adquirir una planta, verifica si es tóxica para animales. Algunas comunes como el Spathiphyllum, la Dieffenbachia o la Monstera Deliciosa pueden causar irritación oral y digestiva si se ingieren. Opta por opciones seguras como el Chlorophytum comosum, la Peperomia o la Areca.
- Elevación: Coloca las plantas fuera del alcance de tus mascotas. Estanterías altas, macetas colgantes o pedestales elevados son excelentes opciones.
- Barreras físicas: Si una planta es particularmente atractiva para tu mascota, considera usar cercas pequeñas o rocas decorativas alrededor de la base para disuadir la excavación.
- Enriquecimiento ambiental: Ofrece alternativas seguras para morder y jugar, como juguetes adecuados o incluso césped para gatos, que es seguro para su consumo.
- Disuasivos: Algunas mascotas pueden ser repelidas por ciertos olores. Rocía las hojas con una solución diluida de jugo de limón o vinagre de manzana (sin que gotee sobre la tierra), o coloca cáscaras de cítricos en la maceta.

El jardín: Un mundo de exploración y peligros potenciales
El jardín ofrece un espacio mucho más amplio para la interacción entre mascotas y plantas. Aquí, la curiosidad se combina con el instinto de excavación y, en el caso de los perros, la necesidad de marcar territorio.
Para garantizar un jardín seguro y feliz:
- Delimitar zonas: Si tenés un área con plantas particularmente sensibles o tóxicas, considera cercarla para restringir el acceso de tus mascotas.
- Plantas tóxicas al aire libre: Al igual que con las plantas de interior, investiga la toxicidad de las especies que cultivas en tu jardín. Flores como el Nerium oleander, los Lilium y los Tulipanes son altamente tóxicas. Las Hortensias también pueden causar problemas gastrointestinales.
- Proteger la tierra: Para evitar que escarben, podes colocar tejido de gallinero o piedras planas alrededor de las plantas recién sembradas o en las zonas donde la tierra esté más suelta.
- Educación y entrenamiento: Enseñar a tu perro a no excavar en las zonas prohibidas y redirige su energía a áreas designadas para jugar o a un “arenero” específico para ellos.
- Control de plagas orgánico: Evitar el uso de pesticidas y fertilizantes químicos que puedan ser perjudiciales si tus mascotas los ingieren. Optar por soluciones orgánicas y seguras.
- Agua fresca: Asegurarse de que tus mascotas siempre tengan acceso a agua fresca, especialmente en días calurosos, para evitar que busquen hidratación en fuentes de agua no seguras del jardín.

La clave para una convivencia exitosa entre mascotas y plantas reside en la prevención y la observación. Al tomar las precauciones necesarias y ofrecer un entorno seguro y estimulante, podrás disfrutar de la compañía de tus animales y la belleza de tus plantas sin preocupaciones.