El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), pilar del desarrollo agropecuario argentino, está en el ojo de la tormenta. El Gobierno Nacional avanza con una profunda reestructuración que genera rechazo en sindicatos, entidades rurales y hasta en provincias gobernadas por aliados oficialistas. Los críticos denuncian un “vaciamiento”, mientras el oficialismo insiste en la necesidad de modernización.

Los puntos principales de la situación son:
1. Propuesta de reestructuración y ajuste: El gobierno está impulsando cambios significativos en la estructura del INTA. Esto ha sido calificado por sindicatos y sectores de la oposición como un plan de “desguace” o “vaciamiento”.
2. Riesgo de despidos y cierres: Existe una gran preocupación por posibles despidos masivos de personal (algunas fuentes mencionan cientos de puestos de trabajo en riesgo) y el posible cierre de agencias de extensión rural en distintas partes del país.
3. Defensa del organismo: En respuesta, ha surgido una fuerte defensa del INTA desde múltiples sectores. Tanto los propios trabajadores y directivos del instituto, como las principales entidades agropecuarias (la Mesa de Enlace), exministros y legisladores de diversas provincias (como San Juan y Santa Fe) han expresado su rechazo a los cambios, destacando el rol clave del INTA para el desarrollo productivo, la investigación y el sostenimiento de las economías regionales.
4. Pérdida de autonomía: Uno de los puntos más criticados es la posible modificación de la gobernanza del INTA, lo que según los críticos le restaría autonomía al organismo y lo haría más dependiente de las decisiones del gobierno de turno.
5. El debate de fondo: Mientras el Gobierno habla de eficiencia, sus detractores ven un intento de controlar un organismo históricamente federal. El INTA no solo investiga, sino que asiste a productores en zonas relegadas, algo que, según sus defensores, podría peligrar.

En resumen, el INTA está en el centro de un fuerte debate sobre su futuro, con una puja entre la visión de ajuste del Gobierno y la defensa de su rol histórico y federal por parte del sector agropecuario y científico.