El mundo de las plantas de interior tiene sus divas. Y entre las que exigen atención, brillo y un trato casi de estrella de rock, las Calatheas se llevan el primer puesto. Por sus hojas con diseños que parecen pintados a mano y su coreografía nocturna —cuando suben y bajan, como si estuvieran rezando—, son la obsesión de jardineros urbanos e influencers.
Pero no todo es color de rosas. Aunque son hermosas, las Calatheas son, en el mejor de los casos, quisquillosas. En Buenos Aires, donde el clima es tan inestable, su cuidado se convierte en un reto. Si sobrevivís a una Calathea, podés con cualquier cosa.
¿Quién es quién? El casting de las Calatheas
Antes de sumergirte en el tema, conocé a las protagonistas. Cada variedad tiene su propia personalidad y su dosis de capricho.

Calathea Orbifolia: La aristócrata del grupo. Hojas redondas con rayas plateadas. Ponele un buen lugar en tu living y lucite con tus visitas.

Calathea Crimson: Le gustan los ambientes luminosos alejada de la luz directa de una ventana. Riego moderado es otra de sus exigencias.

Calathea Roseopicta Dottie: Una de las calatheas más llamativas y elegantes. Sus hojas se pliegan por la noche y se abren durante el día en busca de luz.

Calathea Freddie: Es una de las más populares debido a lo bien que se adaptan a la poca luz, lo que las convierte en una gran elección para el hogar u oficina.

Calathea White Fusion: La influencer de Instagram. Con una mezcla de blanco, verde y morado, es muy deseada, y necesita tener el sustrato siempre algo húmedo.

Calathea Sanderiana: Es una de las más populares debido a lo bien que se adaptan a la poca luz, lo que las convierte en una gran elección para el hogar u oficina.

Calathea Ornata: Lo mejor es regarla con agua de lluvia y asegurarse de que el sustrato se mantenga húmedo pero sin encharcarse.

Calathea Yellou Fusion: Es conocida por la forma en que sus hojas se pliegan durante la noche, lo que le da el nombre común de “planta de oración”. Necesita recrear un ambiente muy parecido al tropical así que mantenela lejos del sol directo.
Mitos y verdades sobre sus cuidados (y por qué a veces fallan)
La mayoría de los problemas con las Calatheas tienen un culpable: la falta de atención a los detalles. Olvidate de la improvisación.
1. La luz: Menos es más
No las pongas al sol directo. Las hojas se queman muy. Buscá un lugar con luz indirecta brillante, como cerca de una ventana con cortinas. En invierno, acercarlas un poco no es mala idea.
2. La humedad: El punto de quiebre
Este es el talón de Aquiles de la Calathea. En los departamentos con calefacción o aire acondicionado, el aire se seca y a ella no le gusta. Necesita entre un 60-70% de humedad. ¿Soluciones?
- Un humidificador es tu mejor inversión.
- Ponele una bandeja con guijarros y agua debajo de la maceta.
- Agrupala con otras plantas. Si están juntas, el aire se humedece de forma natural.
3. El riego: Agua, pero con prudencia
El suelo debe estar húmedo, pero no encharcado. Si se seca por completo, las hojas se marchitan. Si la ahogás, se ponen amarillas. El truco es regar cuando la capa superior del sustrato esté seca al tacto. Usá agua filtrada o desclorada; son sensibles a los químicos.
4. La temperatura: Ni frío ni calor
Son friolentas. Mantelas lejos de corrientes de aire y de los radiadores. La temperatura ideal está entre 18 y 25 °C. No las pongas a la intemperie.
SOS: ¿Qué hago si mi Calathea se está muriendo?
- Bordes marrones en las hojas: La señal de alarma más común. Significa que hay poca humedad o que el agua tiene demasiado cloro.
- Hojas enrolladas: Tu planta tiene sed. Regá con urgencia y subí la humedad.
- Plagas (ácaros, arañuelas rojas): Si ves telarañas finas, rociá con agua jabonosa y subí la humedad, ya que estos bichos odian el agua.
En resumen, la Calathea no es una planta para principiantes, pero es el desafío perfecto para quienes quieren llevar su relación con las plantas a otro nivel. Si lográs que prospere, sabés que sos un verdadero maestro.