La maravilla de los liliums en macetas

Tener liliums en maceta es una maravilla porque podés disfrutar de todo su ciclo de crecimiento, floración y, con los cuidados adecuados, hacer que florezcan año tras año. Es una experiencia muy gratificante.

Dónde ubicarlos y cómo cuidarlos para que prosperen

La ubicación es clave para que la planta esté sana y florezca.

1. Luz

Necesitan luz brillante e indirecta. Piensa en un lugar cerca de una ventana orientada al este, donde reciban el suave sol de la mañana, o cerca de una ventana al oeste o sur, pero protegidos por una cortina transparente que filtre los rayos más intensos del mediodía.

Evita el sol directo y fuerte del verano puede quemar las hojas y los pétalos. Por otro lado, la sombra total hará que los tallos se debiliten (se vuelvan largos y delgados) y que no florezcan.

2. Temperatura

Prosperan en temperaturas ambiente normales del hogar (entre 15°C y 25°C).

Les gustan los lugares bien ventilados, pero hay que protegerlos de las corrientes de aire frío (de un aire acondicionado o de una ventana abierta en invierno) y del calor excesivo de radiadores o estufas.

3. Ambiente

Un lugar donde podés disfrutar de su belleza y fragancia, como un salón luminoso, un balcón acristalada o un recibidor con buena luz natural.

Cuidados paso a paso para liliums en maceta

1. Riego

Frecuencia: El sustrato debe mantenerse constantemente húmedo, pero nunca encharcado. Tocá la tierra con el dedo: regá cuando la capa superior (1-2 cm) esté seca.

Cómo regar: Regá lentamente sobre la tierra, evitando mojar las hojas y las flores, hasta que el agua salga por los agujeros de drenaje de la maceta.

2. Abonado

Cuando tenés la planta en flor, viene con todos los nutrientes necesarios. No es necesario abonarla en esta fase.

Después de la floración (fase de crecimiento verde) es cuando debés ayudar a la planta a almacenar energía para el próximo año. Usá un fertilizante líquido para plantas bulbosas o con flor, diluido según las instrucciones del envase, cada 2-3 semanas.

3. La floración y el polen

Anteras: Al igual que los liliums cortados, es recomendable quitar las anteras (los órganos masculinos de color anaranjado/marrón) tan pronto como el capullo se abra.
Evita que el polen manche todo. Hace que la flor dure mucho más, ya que la planta no gasta energía en la reproducción.

4. ¿Y después de la floración?

1. Cortá las flores marchitas: Cuando una flor se seque, cortala para que la planta no gaste energía en formar semillas.

2. Dejá el follaje: NO cortes el tallo ni las hojas. Son vitales. La planta los usará para realizar la fotosíntesis y almacenar energía en el bulbo para la próxima temporada.

3. Sigue regando y abonando: Sigue cuidando la planta como antes, regando y abonando durante varias semanas.

4. Cuando las hojas se pongan amarillas: En otoño, el follaje empezará a amarillear y morir de forma natural. En este punto, podés dejar de regar.

5. El período de reposo (latencia):

Opción 1 (Exterior): Si vivís en una zona con inviernos no extremadamente fríos, puedes dejar la maceta en el exterior en un lugar protegido. La bombilla necesita frío invernal para reposar.

Opción 2 (Interior): Retirá los restos del follaje seco y guardá la maceta en un lugar fresco, oscuro y seco durante el invierno.

6. Siguiente primavera: Tras 2-3 meses de reposo, sacá la maceta a la luz, comenzá a regar ligeramente y vas a ver cómo emerge un nuevo brote.

Advertencia para dueños de mascotas

Extremadamente tóxico para gatos. Todas las partes de la planta son venenosas. Si tenés gatos, la opción de maceta es aún más riesgosa que los floreros, ya que el gato podría morder las hojas. Es altamente recomendable evitar por completo tener la planta en casa.

Ver crecer y florecer una planta es una de las mayores satisfacciones para decorar el hogar de forma natural.

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